sábado, 15 de octubre de 2016

99 años




Ferdinand Hodler






La luz blanquecina le hace cerrar los ojos. Hay una mancha en el techo. ¿A dónde la han traído y por qué? A lo mejor, sin decirle nada, la han llevado a una Residencia. Ya lo decía siempre: En cuanto dé guerra me llevaréis a una. No, está en una clínica recuperándose de algo que le ha pasado. Dicen que en cuanto se recupere volverá a casa.

Allí todo el mundo es muy amable, la atienden con cariño, pero se siente perdida, no recuerda las cosas y tiene mucho miedo. A las nueve, como todos los días, la cara sonriente de su hija (a ella si la recuerda) asoma por la puerta y el mundo se recompone de pronto.


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