jueves, 10 de noviembre de 2016

El viaje


(Netwriters - Tintero Tema: El manantial)





Nació allí, donde la vista tropieza con las montañas y los cielos azules de primavera, entre árboles frondosos que dan sombra a la tierra y contemplan los jugosos prados. Vivió allí hasta que el mundo se hizo pequeño y no era suficiente para llenar su corazón viajero. Se dejó llevar por la corriente, descendió temeroso hacia lo desconocido y por fin llegó a las llanuras, atravesó pueblos y vio gentes reflejándose en su espejo.

En su primera parada comenzó a entender el mundo y a temer. En aquellas tierras los árboles perdían sus hojas que morían y volvían a reverdecer con las estaciones. Durante un tiempo permaneció en remanso, como esperando algo que no acababa de llegar. Por fin se deshizo la nieve caída en el invierno,llegó entonces la Primavera y por más que quiso sujetarse a la tierra, las aguas turbulentas lo empujaron y entre burbujas y restos de todas clases emprendió de nuevo su camino hasta que llegó a un lugar completamente desconocido para él.

Miró su entorno y sintió miedo. El mundo se había vuelto gris, había montañas de ladrillo que tapaban el sol, las sombras se extendían sobre calles y casas y la gente caminaba deprisa, sin sonreír, ausente. El era límpido, transparente y sencillo pero aquellas aguas turbulentas lo habían transformado en algo turbio, de color incierto, de ritmo pesado. Volvió a sentir miedo, seguramente nunca volvería a ser el mismo. Una mañana, siguiendo perezosamente, su viaje, se perdió en la oscuridad de un túnel. Encerrado en él se sintió indefenso, claustrofóbico. Era un tubo estrecho, negro por el que apenas cabía. Sentía el empuje tras él y aquella sensación de prisa por llegar a alguna parte y siguió avanzando en la oscuridad.

A final de aquella tubería apareció un trozo de cielo azul en la boca redonda iluminada por la luz, al ver que era el sol apresuró el paso. En el exterior vio algo que no había visto nunca: una inmensa masa de agua que parecía no acabar nunca, que se perdía en el horizonte balanceándose serenamente. Apenas pudo admirarse de aquella belleza cuando sintió un delicioso vértigo y cayó en cascada. Todo su vigor, la frescura de su juventud  fueron a fusionarse con aquel líquido de sabor salado. Se agitó mareado, cada una de sus gotas buscó un lugar al que pertenecer. Entonces supo que aquel era el final de su viaje y que había cumplido su destino.





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